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“La tecnología que tenemos hoy denominarla como vacuna es mucho, es de control de la enfermedad"

El Dr. Carlos Ferreyra es un reconocido médico de Córdoba, con formación en epidemiología y en salud pública, y además activista climático.

Tiene más de treinta años de experiencia en la gestión pública y trabajó en más de cuarenta países para controlar brotes epidémicos de enfermedades infecciosas, tales como chagas, cólera o dengue, y de patologías crónicas y sindemias (tabaquismo, obesidad, violencias, etcétera).

En Radio del Centro fue entrevistado con la intención de entender un poco más acerca de la realidad sanitaria que estamos atravesando.

-¿Qué es una pandemia?

-Una pandemia es la suma de epidemias a nivel nacional, no es la única que vive actualmente el mundo y hay otras como la del tabaquismo que nos viene afectando desde hace mucho tiempo, la obesidad, también en nuestra región tenemos las epidemias de dengue que está causando zozobra en el mundo con el calentamiento global y cambio climático.

Una pandemia es un evento desde el punto de sanitario grave pero la epidemiología tiene una serie de herramientas muy importantes para entender el proceso en el que se da la enfermedad. La epidemia es una enfermedad en la comunidad.

-¿Cómo está manejando el país la pandemia?

-Debemos tener tranquilidad porque Argentina tiene una larga lucha contras las epidemias y ahora hay tanto conflicto porque lamentablemente la epidemia se mezcla con otras áreas del conocimiento como la economía, la política.

Falta un cierto liderazgo que debe ser impreso por las provincias, teniendo que estar en manos de quienes trabajan a nivel territorial con líneas establecidas a nivel central pero quien debe luchar la epidemia es el municipio, es la provincia y es donde se generan algunos conflictos. Por otro lado, claramente hubo una falta de educación porque la gente tiene una visión clínica de la enfermedad pero no global.

-¿El impacto en el sistema sanitario?

-El Covid es una virosis que cursará de cada diez personas que la reciben a consecuencia que no tienen defensas ante un nuevo virus, ocho la pasarán de una manera un poco más aceptable pero dos a tres tendrán la necesidad de ser atendidos en el hospital.

Es importante que la atención primaria esté articulada y apoyar a la persona que esté enferma en casa, si es que tiene algún síntoma de alarma trasladarla al hospital.

Generalmente en el país, la mayor parte de la gente concurre al Hospital y es donde se produce el problema al ser lo más rico que tiene el sistema de salud en Argentina.

-¿Cuán importante es la atención primaria?

-Esta enfermedad al no tener conocimiento de aquello que implicaba la sintomatología y demanda que existían para una enfermedad grave tuvo un fuerte impacto en el Hospital, pero el nivel más importante para enfrentar una epidemia es la atención primaria donde la historia de la salud pública del mundo demostró que puede contenerse la mayor parte de los problemas. El hospital tiene que ser el punto final al que deben llegar los enfermos para tener una asistencia de alto nivel. En función que no existió una estrategia de contención muchos hospitales están saturados y pacientes que precisan la atención, que no son casos de Covid, no están accediendo a la asistencia sanitaria generando un inconveniente que hoy es silencioso pero se reflejará apenas lleguemos a la post pandemia porque está teniendo un impacto muy negativo en la población.

Esta virosis no matará a todo el mundo sino que impacta en un grupo de personas que deben atenderse en el hospital pero la mayor parte de los argentinos que se enferman no tendrán necesidad de concurrir, pero para ello es importante que la atención primaria los ayude.

Además hay que educar a la sociedad no basta con decir con decir ‘cuidate’, ‘la responsabilidad es tuya’ sino dar claridad ante una enfermedad que es transmitida por aerosoles.

-¿La vacuna no es suficiente para controlar al virus?

-La tecnología que tenemos hoy denominarla como vacuna es mucho sino que es de control de la enfermedad que tiende a reducir el impacto de la enfermedad en adultos mayores, contiene la mortalidad y la experiencia es muy clara a nivel mundial en cuanto a eficacia en grupos vulnerables como pueden ser personas mayores y de hecho el año anterior tuvimos muchos fallecimientos en esa franja etaria, pero no por el virus sino porque carecíamos de una organización apropiada en materia de salud. También fue importante contener el impacto de la virosis en personas con comorbilidades que la hacían más vulnerables.

La tecnología es buena cuando se la aplica apropiadamente con respecto a que el organismo a cargo de registrarla, en este caso profiláctica de control de la gravedad de la enfermedad y mortalidad, como el ANMAT la inscribe de urgencia en función de ciertos parámetros como aplicar dos dosis, darlas en la forma que establecen los protocolos a partir de una publicación válida y en función de ese ensayo que se hizo en cualquiera de las vacunas se da esa inscripción de emergencia.

Los tiempos hay que respetarlos, si hay que aplicar una vacuna a los 29 o 30 días hay que hacerlo para garantizar que el nivel de inmunidad sea el apropiado cuando las dos dosis se han aplicado. Si se aplicó una dosis por decisión política, en función de una decisión del Ministerio, tendría que haberse hecho otro ensayo clínico para demostrar que la postergación de la dosis es igualmente positiva, es donde surgen algunas dudas.

-¿Por qué las variantes, las cepas?

-Las virosis tienen una serie de impactos a nivel problacional que no son individuales sino mecanismos biológicos que en función de la capacidad de autoreplicarse avanzan sobre las poblaciones de los seres humanos y se van preparando para la supervivencia, así van surgiendo diferentes cepas con variaciones muy particulares y especificas que tienen diferentes formas de resolverlas.

Ante la aparición de distintas cepas y no se controlan rápidamente, postergándose desde el punto de vista biológico de esta enfermedad, seguirán apareciendo más y me preocupa muchísimo de la perspectiva de aquello que ocurre en el Mundo que está totalmente dividido.

La tecnología fue aprobada de emergencia en la mayor parte de los países ricos del mundo pero una parte enorme no tiene acceso a la vacuna y seguirá operando en esas poblaciones para ir indefectiblemente modificando y mutando en base a los niveles de resistencia para generar nuevas y nuevas cepas.

-¿Cómo influye la economía en la salud?

-Si no actuamos enérgicamente con responsabilidad desde los niveles sanitarios, porque una epidemia es un problema sanitario no político, aunque sí los genera e incluso económico más cuando no se tiene acceso a la vacuna.

Las políticas de control de la epidemia tienen que darse ante la realidad social, económica y cultural de cada territorio. Los países pobres tienen muchos problemas para enfrentarla no solamente de la realidad económica sino por los sistemas de salud que están muy fragmentados y con un estado poco presente debido a que el modelo político construyó una idea que a la salud hay que pagarla y no coincido en absoluto que sea así.

De hecho, sucede con las vacunas que hoy están en manos de quienes la pueden pagar y aquellos que no puedan pagarla no la tienen, es gravísimo. No hay que poner dinero porque la salud es responsabilidad del estado y tener un sistema sanitario fuerte.

-¿Cuánto tiempo más tendremos que convivir con el Covid-19?

-La historia de la epidemiología está plagada de experiencias donde la lucha del ser humano frente a este tipo de sustancias biológicas, como bacterias, parásitos, virus fue postergándose en los tiempos.

Interpreto que se trata de una epidemia más donde se debe actuar con mucha responsabilidad y energía sanitaria ante todo a nivel global pero el primer problema al respecto lo tuvimos con la Organización Mundial de la Salud que estuvo lenta porque no se llegó a investigar el problema donde surgió la enfermedad y desconocemos los orígenes, mientras que, el transporte posibilitó la distribución de la enfermedad en el mundo.

Ahora hay que actuar con la misma celeridad que el virus actúa, tratando que la vacuna llegue a la población para contener el impacto de la mortalidad y daño económico.

Hasta que llegue la vacuna se debe poner en funcionamiento la atención primaria y deben estar activas porque el hecho de seguir inundando los hospitales estaremos destruyendo la estructura y los recursos humanos.









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